¿Le damos una vuelta?

Foto de Gillian vía Flickr

Una compañera de claustro solía decir que si le pagaran un euro por cada pregunta que contestaba en clase, sería millonaria; y es cierto. Las personas que nos dedicamos a la docencia nos acostumbramos a dar RESPUESTAS, a resolver problemas. Es una función que pocas veces cuestionamos. Por eso me resultó tan reveladora la conversación que presencié entre Agustín, un profesor de Filosofía, y uno de sus alumnos de Secundaria.

—Profe, ¿cómo puedo organizar este esquema para ajustarlo al espacio que nos das? —preguntaba exasperado un alumno mientras mostraba un folio repleto de información.
—No tengo ni idea —respondió Agustín encogiendo los hombros—. Tienes un problema...
—Sí, ya sé, tengo un problema, y eso significa que tengo un reto.
—Efectivamente, y yo lo más que puedo hacer es ayudarte a darle una vuelta.

El propio alumno me explicó que su profesor daba muy pocas respuestas resolutivas: "Cuando planteas un problema, tienes que acompañarlo de una o varias propuestas de solución. Solo entonces puedes contar con su ayuda". También me dijo que tenían una técnica concreta para "darle una vuelta" a los problemas.


Técnica de la inversión

Es una propuesta de Edward de Bono, que busca ayudarnos a contemplar el problema desde una perspectiva nueva para, así, encontrar soluciones más creativas. Aplicar la inversión implica realizar estas dos acciones:

  1. PROVOCACIÓN. Darle la vuelta —literalmente— al enunciado del problema o a alguna de sus asunciones (hechos o características).

  2. MOVIMIENTO. Reflexión encaminada a convertir el absurdo de la provocación en una idea útil.

Cuando te dedicas al sector de las patatas fritas de bolsa siempre te surge el mismo problema: el almacenamiento ¡Ocupan demasiado espacio y no se pueden amontonar sin que se rompan! ¿Cómo apilarlas conservando la integridad del producto? (PROBLEMA). Si le damos la vuelta llegaríamos a un absurdo: ¿Cómo romper las patatas para almacenarlas? (PROVOCACIÓN). Quizá no sea tan descabellado: ¿Y si las hacemos añicos para almacenarlas y luego las recomponemos para venderlas? Es justo lo que hacen con las Pringers (MOVIMIENTO), ¿te has fijado que todas tienen la misma forma y tamaño?

No hace mucho, Agustín fue elegido director de su instituto. Lo primero que hizo fue poner un cartel, a modo de advertencia, en la puerta de su despacho...
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El jardín de Stenhouse

Foto de Debs-eye vía Flickr

Quizá ya conozcas la urgencia por estandarizar la educación. Hay todo un movimiento legislativo que pretende estandarizar programas, métodos, evaluaciones, etc. El GERM, al que ya le dedicamos un post. Paradógicamente, como anticipa su acrónimo, se está extendiendo como un GERMEN por medio mundo ¡Cuidado! La LOMCE está totalmente infectada.

Estandarizar. Ajustar varias COSAS SEMEJANTES a un tipo o norma común. RAE

Si te fijas, en la definición de la RAE encontrarás argumentos para alejar este término del sistema educativo. Lo más llamativo es que se refiere a objetos, no a personas. Por tanto, estandarizar equivale a cosificar al alumnado (en realidad, a toda la sociedad). Y no solo eso. En nuestra nueva condición de «cosas», también tendríamos que ser SEMEJANTES. Algo que es del todo irreal. Te imaginas... ¡Qué mundo tan aburrido! Lo cierto es que el factor humano y la diversidad no son, digamos, prioridades del proceso de estandarización educativa. Por concretar, seguro que en mi clase ya no podría disponer de esos 10 minutos tan importantes que describía este post.

¿Quién pretende un modelo de sociedad uniforme y deshumanizado? Siento decepcionarte, pero el villano es un viejo conocido: el lobby financiero, que ha puesto sus ojos en lo que considera un nuevo negocio: la educación. Pero nada sería posible sin la aquiescencia de poderes públicos. FRENTE AL DINERO SOLO NOS QUEDA LA FUERZA DE LA RAZÓN, representada en este ámbito por la PEDAGOGÍA.

Desde la pedagogía podríamos desgranar teorías en contra de la estandarización, y de su prima-hermana la privatización. También podríamos analizar los casos de Reino Unido, EE.UU, Chile y tantos otros países en los que este modelo ha fracasado, con gran perjuicio socio-educativo. Podríamos... Lamentablemente, este maldito blog limita a 350 palabras cada post. Así solo queda recurrir la concisión argumental del gran Stenhouse. Su visión también nos enfrenta a una cuestión trascendental: ¿QUÉ TIPO DE SOCIEDAD QUEREMOS CONSTRUIR?

Imagina que cada curso recibes un puñado de semillas. Son pequeñas, pero tienen gran potencial de crecimiento. Algunos docentes se esmeran por darle un tratamiento similar a todas: la misma cantidad de agua, intervalos de riego, fertilizantes... Estos «granjeros» esperan recolectar la cosecha coincidiendo con el final del tema o del curso. También buscan que todos los frutos (o «respuestas») sean del mismo calibre, color, sabor... Frente a esto, hay otro tipo de docentes, los «jardineros», que entienden que cada semilla es única y aprecian la belleza de los diferentes colores. Además de adaptar las necesidades de riego y luz, son capaces de diseñar precisos jardines, en los que la combinación armónica de especies diferentes representa un valor añadido.
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Un perfil para autoevaluarse

Foto de Alejandro Gómez vía Flickr

Dirigir la mirada hacia la propia práctica, superar inseguridades, afrontar retos personales y profesionales… son algunas de las dificultades que encuentran los docentes que deciden evaluarse a sí mismos desde el prisma de la reflexión. Este cuestionamiento no es fácil y requiere un perfil profesional abierto a la investigación y con capacidad de autocrítica.


"Cuando hablamos del docente nos estamos refiriendo a alguien que se sumerge en el complejo mundo del aula para comprenderla de forma crítica y vital, implicándose afectiva y cognitivamente en los intercambios inciertos, analizando los mensajes y redes de interacción, cuestionando sus propias creencias y planteamientos, proponiendo y experimentando alternativas, y participando en la reconstrucción permanente de la realidad escolar". (Schön, 1987: 89)

Donald Schön sostiene que un profesional está capacitado para abordar una reflexión sobre su práctica cuando ha superado la Racionalidad Técnica. Esto supone alejarse de los preceptos positivistas para contemplar la realidad educativa desde un paradigma más cualitativo (post sobre paradigmas). Partiendo de esta teoría, identificamos el perfil de un docente proclive a completar con éxito una evaluación basada en la Práctica Reflexiva. Estos son sus rasgos:

  1. Entiende la PROGRAMACIÓN como un PROYECTO en constante proceso de reconstrucción. El programa no constriñe al docente. Es la herramienta que le permite realizar una anticipación reflexiva de situaciones didácticas, y NUNCA una guía que le dicta qué impartir en cada momento.

  2. Opta por la alternancia metodológica. Huye de situaciones organizativas estructuralmente similares, y tiene una amplia MOCHILA docente que le permite escoger la opción metodológica más adecuada en función de las demandas específicas de cada situación de enseñanza y aprendizaje.

  3. Está abierto a la EXPERIMENTACIÓN didáctica. Tiene la confianza y la solvencia necesaria para probar nuevas estrategias. Incluso encuentra aliciente y satisfacción profesional en la innovación pedagógica.

  4. Considera su AULA COMO UN SISTEMA en el que CONVERGEN influencias de diferente orden. Este tipo de profesional es consciente de que en clase no solo está el alumnado; también están sus familias, el grupo de pares, los medios de comunicación, el barrio…

  5. Muestra buena disposición hacia el intercambio de experiencias con otros colegas. No le importa que haya "observadores" en clase. Es más, considera que COMPARTIR y COOPERAR son también mecanismos para la formación y el perfeccionamiento de la propia práctica.

  6. CONSCIENTE de todo lo que sucede en clase. Su intervención, el feed-back, las relaciones humanas… Registra EVIDENCIAS sobre las que volver más tarde para generar conocimientos sobre su práctica, emitir valoraciones fiables o realizar cambios inmediatos.


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Sinéctica, la chispa creativa

Foto de Armando Godoy vía Flickr

¿Te imaginas la importancia que tiene la creatividad para los inventores? En los años cincuenta, William Gordon dirigía el Grupo de Diseño de Inventos de la firma Arthur D. Little. Su misión era generar ideas que dieran lugar a nuevas patentes. Según cuenta, el equipo estaba acostumbrado a CREAR. Sin embargo, a veces y solo a veces la "chispa" se apagaba... Gordon diseñó un método para superar esos momentos de bloqueo creativo: LA SINÉCTICA.


La Sinéctica propone hacer un viaje imaginario, a través de la actividad metafórica, para (1) hacer familiar lo desconocido y (2) para ver lo conocido de forma nueva

Pronto se detectó su potencial pedagógico y nació el Synectics Education System. En el blog ya empezamos a descubrir (pulsa aquí) las posibilidades que ofrece la Sinéctica para facilitar la comprensión de realidades complejas. En esta ocasión nos centraremos en su aplicación originaria: ENCENDER LA CHISPA CREATIVA. Vamos a partir del siguiente ejemplo: ¿Cómo superar la timidez? Seguro que alguna vez te has planteado esta pregunta, ya sea en relación a un grupo o en el plano personal. ¡Hagámos un viaje sinéctico para encontrar respuestas creativas (y, de paso, conocer las fases del método)! Estas son las "estaciones":

  1. Situación de partida o problema: “¿Cómo superar la timidez?

  2. Analogía Directa (AD). “¿Qué animal consideras que supera bien la timidez?”. El propósito de esta estación es empezar a tomar distancia para ver el problema desde una perspectiva nueva. Se podría organizar un pequeño debate grupal para llegar a un acuerdo.

  3. Analogía Personal (AP): “Eres ese animal, ¿qué haces para superar la timidez?”. Persigue ampliar la distancia. Ayudaría encargar a cada grupo una representación de la actuación de ese animal en una situación en la que logre superar su timidez.

  4. Analogía simbólica o Conflicto Comprimido (CC). “Escoge dos palabras antagónicas que definan a tu animal”. Esta acción nos hará perder la referencia personal (TÚ-ANIMAL), buscamos que desaparezca el TÚ y se quede solo el ANIMAL. Para lograrlo también sería oportuno organizar un debate en grupo.

  5. Analogía Fantástica (AF). “Piensa en una máquina que también pueda ser definida con esas dos palabras”. Es otra estación de alejamiento de la perspectiva lógica, la máxima. Recuerda que el ANIMAL estuvo relacionado con el TÚ. Tomar distancia supone empatizar con una nueva metáfora: LA MÁQUINA. Igual que en la tercera estación, una representación facilitaría esta pauta de pensamiento.

  6. Retorno. “¿Qué sistemas, acciones, resultados... podrían extrapolarse para superar la timidez?”. Es la "vuelta a casa" e implica retomar el problema original... con nuevos ojos. De nuevo, el debate grupal es la estrategia ideal.


La Sinéctica parte de la premisa de que la creatividad es entrenable, versátil y mejora con la cooperación

Esta es la ficha que se utilizó en clase para abordar el problema que ha servido para ejemplificar el método.

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