Deberes los justos

Foto de Woodleywonderworks vía Flickr

Eva Bailén está al frente de una campaña que denuncia las condiciones de trabajo de un colectivo muy amplio. A través de un vídeo titulado «El trabajo más esclavo» presenta un interesante experimento social, en el que unos desconocidos comparan sus contextos laborales mediante una conversación de chat. Después tendrán que averiguar a qué se dedican. La sorpresa de los participantes es mayúscula cuando descubren que su interlocutor solo tiene diez años. Un estudiante de Primaria les ha relatado, entre otras cosas, que su trabajo se alarga hasta la hora de cenar, que apenas tiene tiempo para estar con su familia y que no se libra de sus obligaciones académicas ni en vacaciones.

Imagina que tienes una de esas jornadas interminables. Mucho te tendría que gustar el trabajo para no plantearte un cambio o incluso dejarlo, ¿no pensarán así nuestros niños? Quizá por ello la tasa española de abandono escolar sea la más alta de Europa. No es una conjetura. El investigador John Buell comprobó que una de las principales razones para dejar los estudios en zonas deprimidas es precisamente tantas «horas extras» en jornada de tarde. La situación empeora cuando la familia no puede ayudar, ya que es más probable que surjan carencias en el aprendizaje, que actuarán como una velada invitación a salir del sistema educativo por la puerta de atrás.

También se ha analizado el impacto que tiene sobre el rendimiento la prolongación del trabajo escolar en casa. El profesor Ángel Santamaría, después de revisar la literatura científica, concluye que «nadie jamás ha demostrado la utilidad de los deberes». Khon va más allá, en su libro El mito de los deberes explica por qué los considera perjudiciales.

Los alumnos españoles son de los que más tiempo dedican en casa a tareas escolares, y no hay un argumento pedagógico que recomiende tantos deberes, más bien al contrario. Pueden tener su razón de ser como un proceso creativo, aplicado y conciso; enfocado a reforzar (y no a repetir) lo aprendido. Una actividad compatible con el ocio y las relaciones familiares. Si estás de acuerdo, puedes apoyar con tu firma la campaña por los deberes justos iniciada en internet: www.change.org/losdeberesjustos

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